Motivados por las críticas positivas de nuestros clientes, empezando esta siguiente etapa se llevó a cabo la construcción y ampliación del espacio de estacionamiento. El Nopango, abierto desde la mañana hasta el horario de cierre, se convirtió en la recepción oficial del Hostal y del restaurante, flanqueando el pasillo que conduce al Mirador.
La fascinación que me ha causado el hecho de estar en un lugar incomparable como este, augura que la Casa de Piedra y El Cielo serán, a partir de hoy, uno de los lugares favoritos en mi mente y en mi corazón. Gracias por demostrar que la hospitalidad mexicana no es un mito sino que es una maravillosa realidad. Muchísimas gracias por estar tan cerca y ser la puerta del mismísimo Cielo. (Hugo Mujica Sánchez, Tampico, Tamaulipas, 2000).